lunes, 29 de octubre de 2007

Tres Huellas


Es curioso como vas a trabajar todas las mañanas cuando llevas 30 años de tu vida dedicados a lo mismo. Hacer del riesgo rutina y de la emoción monotonía. Es sorprendente como la mente transforma el horror en indiferencia y la atrocidad en resignación.

Pero un buen día... ¡¡¡BAAAAAMMMM!!! aparece un loco chiflado con ganas de arrastrarte hacia su juego, y convierte toda la indiferencia hacia el trabajo en un problema personal. Nunca hay que mezclar el trabajo con los sentimientos, y nunca lo he hecho hasta que apareció un cabrón descerebrado con ganas de destrozarme la vida. Como si mi vida no fuera ya una mierda....

Tres años persiguiéndote, intentando adelantarme a tu próximo movimiento, y nada. Y 33 atrocidades después, a punto de rozar el paraíso con las yemas de los dedos, nos encontramos en el último instante. Solo el último regusto del veneno es el que sabe amargo. ¿Que se siente? ¿Impotencia?

No se cuantos asesinatos, robos o masacres he investigado. Cientos de escenas del crimen totalmente diferentes unas de otras. Algunas sutiles, otras evidentes, otras jodidamente enrevesadas. Pero por habilidoso que sea el criminal, siempre deja tras de sí al menos 3 rastros de su delito. Tres Huellas irrefutables de su crimen... Y tres eran las pistas que dejabas tras tus actos, pero hay algo que diferencia al criminal del autentico psicópata.

Matar sin mas motivo que crear la escena del crimen perfecta. Da igual la víctima, el lugar, lo que importa es el lienzo resultante. Tres años buscando razones inexistentes, tres años buscando a un loco psicópata para acabar encontrando a un fiel compañero. Pero tranquilo, no tendrás que hacer mas muescas en la culata de tu pistola.


Presionó el cañón del arma contra su sien y apretó 3 veces el gatillo. Tres disparos. Contento por resolver el mayor enigma de su vida se esforzó cuidadosamente en eliminar cualquier indicio de lo que allí había ocurrido. Pero a pesar de su experiencia y dedicación era perfectamente consciente de que siempre quedaba un rastro.


Siempre existen Tres Huellas que confirman la evidencia...


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